El plástico es uno de los materiales más utilizados en nuestra sociedad, pero también uno de los más contaminantes. Cada año se producen más de 300 millones de toneladas de él, de las cuales solo el 9% se recicla. El resto acaba en vertederos, incineradoras o en el medio ambiente, donde tarda cientos de años en degradarse y afecta a la fauna y la flora.
Reducir el consumo de este material es una forma de contribuir a la protección del planeta y de nuestra salud. Además, puede ayudarnos a ahorrar dinero y espacio en casa. ¿Cómo podemos hacerlo? Aquí te damos algunos consejos prácticos que puedes aplicar en tu día a día.
Menos plástico, más vida: aprende a reducir el consumo de plástico con estos trucos sencillos
– Lleva tus propias bolsas de la compra. Evita las bolsas de plástico que te dan en los supermercados y opta por bolsas reutilizables de tela, rafia o papel. Así evitarás generar residuos innecesarios y podrás usarlas muchas veces.
– Reutiliza los envases. Antes de tirar un envase de plástico, piensa si puedes darle otro uso. Por ejemplo, puedes usarlos para guardar alimentos, semillas, objetos pequeños, etc. También puedes decorarlos y convertirlos en macetas, lapiceros, jarrones, etc.
– Evita los productos envasados en plástico. Muchos productos que compramos vienen envueltos en plástico innecesario, como frutas, verduras, pan, galletas, etc. Intenta comprarlos a granel o en envases de cartón, vidrio o metal, que son más ecológicos y reciclables.
– Usa botellas y vasos reutilizables. En lugar de comprar botellas de agua o refrescos de plástico, lleva contigo una botella reutilizable de acero inoxidable, vidrio o aluminio. Así podrás rellenarla cuando quieras y evitarás generar residuos. Lo mismo puedes hacer con los vasos de café o té que te dan en las cafeterías: lleva tu propio vaso térmico y pide que te lo llenen.
– Elige productos ecológicos. Muchos productos de higiene personal y limpieza del hogar contienen microplásticos que contaminan el agua y el suelo. Para evitarlos, busca productos ecológicos que no los contengan o que usen envases biodegradables o reciclables. También puedes hacer tus propios productos caseros con ingredientes naturales.
Estos son solo algunos ejemplos de cómo podemos ayudar a reducirlo en nuestra vida cotidiana. Con pequeños gestos podemos hacer una gran diferencia para el medio ambiente y para nosotros mismos. ¿Te animas a ponerlos en práctica?
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