Un fenómeno inusual ha llamado la atención de los habitantes de la Ciudad de México: las jacarandas, los árboles que adornan las calles con sus flores moradas, han empezado a florecer en enero, cuando aún falta más de dos meses para la llegada de la primavera. Este hecho ha generado preocupación por el cambio climático, que estaría alterando el ciclo natural de estas plantas.
Las jacarandas son árboles originarios de Japón, que fueron traídos a México en la década de 1920 por el alcalde de aquél entonces quien quiso embellecer la ciudad con su colorido. Desde entonces, se han convertido en un símbolo de la capital, que se llena de tonos lilas cada primavera y otoño.
Sin embargo, este año, algunas jacarandas han adelantado su floración, sorprendiendo a los ciudadanos que han captado el fenómeno con sus cámaras y lo han compartido en las redes sociales. Una joven publicó en X, antes Twitter, una foto de una pequeña flor de jacaranda que vio en la ciudad, y su publicación se hizo viral, generando comentarios de asombro, alegría y preocupación.
El cambio climático podría adelantar la floración de las jacarandas en la CDMX: un fenómeno preocupante
Y es que el florecimiento anticipado de las jacarandas no es una buena señal, sino un indicio de que el cambio climático está afectando al ecosistema urbano. Según el doctor Marcelo Rodrigo Pace, del Instituto de Biología de la UNAM, las plantas reciben estímulos del ambiente que les indican cuándo deben florecer, y el aumento de la temperatura es uno de ellos.
“Si se producen diferencias en el momento de floración, afectará a todo el resto de la cadena que depende de que esta floración ocurra en un momento específico. Entonces, para el árbol, tal vez el efecto no sea tan grande como lo será para todos los demás seres y procesos que dependen de él”, dijo.
El doctor Pace señaló que las jacarandas florecen dos veces al año, en primavera y en otoño, y que, si la primera floración se adelanta, los árboles pierden los nutrientes que usaron para las flores, y se quedan sin reservas de energía para la segunda ocasión, haciendo que los brotes sean más débiles y reducidos.
Además, el florecimiento precoz puede afectar a los polinizadores, como las abejas, que se guían por el ritmo de las plantas, y a los depredadores, como los pájaros, que se alimentan de las semillas. Todo esto puede generar un desequilibrio en la biodiversidad y en los servicios ecosistémicos que brindan las jacarandas.
Cabe recordar que las jacarandas no sólo son un elemento estético de la ciudad, sino que también contribuyen a la calidad del aire. Por eso, es importante cuidarlas y protegerlas, así como tomar conciencia sobre el cambio climático y sus efectos.
Ya están apareciendo las primeras jacarandas del año. ✨💜 pic.twitter.com/P95xXsBMVj
— Leslie Jiménez (@Les_IJU) January 15, 2024
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