La NASA ha dado luz verde a una emocionante misión a Titán, la luna más grande de Saturno, con el objetivo de arrojar luz sobre uno de los mayores enigmas de la humanidad: ¿cómo se originó la vida en la Tierra?
Con un presupuesto de 3.350 millones de dólares, la agencia espacial enviará un dron propulsado por energía nuclear, conocido como Dragonfly, para explorar este fascinante mundo oceánico más allá de nuestro planeta. La misión, aprobada casi cinco años después de su anuncio inicial, está programada para despegar en julio de 2028 y llegar a Titán en 2034.
Durante tres años, Dragonfly explorará más de 30 ubicaciones en la región ecuatorial de Titán, analizando su superficie y atmósfera en busca de procesos químicos prebióticos. Esta luna única en nuestro sistema solar posee una atmósfera espesa y mares líquidos, lo que la convierte en un candidato ideal para estudiar los orígenes de la vida.
El costo total de la misión ha aumentado debido a ajustes de diseño y desafíos de la cadena de suministro relacionados con la pandemia, pero la NASA está comprometida a llevar a cabo esta exploración sin precedentes. Los ingenieros han realizado pruebas exhaustivas en la Tierra para garantizar el éxito de Dragonfly una vez que aterrice en las temperaturas extremas de Titán, que rondan los -179 °C.
“Dragonfly es una misión científica espectacular con un amplio interés comunitario, y estamos emocionados de dar los siguientes pasos en esta misión”, dijo Nicky Fox, administrador asociado de la Dirección de Misiones Científicas de la NASA.
Esta expedición, respaldada por datos recopilados por la sonda Cassini, promete revelar nuevos descubrimientos sobre los secretos de Titán y, potencialmente, sobre el origen de la vida en nuestro propio planeta.
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