Un equipo internacional de astrónomos ha descubierto que las galaxias de disco, como la Vía Láctea, son mucho más comunes de lo que se pensaba en el universo primitivo. El hallazgo, publicado en Astrophysical Journal, se basa en las observaciones realizadas con el Telescopio Espacial James Webb (JWST), el más avanzado que existe.
Las galaxias de disco son aquellas que tienen forma de plato, con un núcleo central y brazos espirales que giran alrededor. Son las más frecuentes en el universo cercano, pero se creía que eran muy raras en el universo temprano, cuando las galaxias eran más jóvenes y sufrían más colisiones y fusiones.
Sin embargo, los astrónomos han encontrado que las galaxias de disco eran diez veces más abundantes hace 10 mil millones de años o más, lo que supone un cambio radical en la comprensión de la evolución del universo.
“Creíamos que las constelaciones de disco eran casi inexistentes hasta que el universo tenía unos seis mil millones de años. Estas galaxias similares a la Vía Láctea se forman casi hasta el comienzo del universo”, dijo Christopher Conselice, profesor de Astronomía Extragaláctica en la Universidad de Manchester y coautor del estudio.
Para llegar a esta conclusión, los astrónomos utilizaron el JWST, que se lanzó en diciembre de 2021 y que tiene una capacidad sin precedentes para observar el universo profundo. El telescopio puede captar la luz infrarroja emitida por las galaxias más lejanas y antiguas, que se ha estirado por la expansión del espacio.
Gracias al JWST, los astrónomos pudieron ver por primera vez la verdadera estructura de estas constelaciones antiguas, que antes se veían borrosas y distorsionadas por los telescopios anteriores, como el Hubble. Así, pudieron identificar las galaxias de disco y medir sus propiedades físicas, como su tamaño, su forma, su masa o su velocidad de rotación.
El estudio revela que las galaxias de disco antiguas eran muy similares a las actuales, pero también tenían algunas diferencias. Por ejemplo, eran más pequeñas, más densas y más turbulentas. Además, formaban estrellas a un ritmo mucho mayor que las actuales.
El descubrimiento tiene importantes implicaciones para la ciencia y la astrobiología. Por un lado, sugiere que las galaxias de disco son una forma natural y común de organizar la materia en el universo, desde sus inicios hasta la actualidad. Por otro lado, implica que la mayoría de las estrellas del universo existen y se forman dentro de estas galaxias, lo que aumenta las posibilidades de encontrar planetas habitables y vida extraterrestre.
“Este estudio cambia por completo nuestra visión del universo temprano y nos obliga a reconsiderar cómo se forman y evolucionan las galaxias. También nos hace pensar en las implicaciones para la búsqueda de vida fuera de la Tierra”, dijo Leonardo Ferreira, profesor de la Universidad de Victoria y autor principal del estudio.
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