¿Te imaginas un mundo sin uvas, sin vino, sin pasas? Un escenario impensable, ¿verdad? Sin embargo, la historia nos revela que la existencia de estas deliciosas frutas podría estar estrechamente ligada a la extinción de los dinosaurios.
Un equipo de investigadores internacionales ha descubierto semillas de uva fosilizadas en Colombia, Panamá y Perú, con una antigüedad de entre 60 y 19 millones de años.
Este hallazgo, publicado en la revista Nature Plants, sugiere que la desaparición de los dinosaurios hace 66 millones de años pudo haber jugado un papel crucial en la expansión de las uvas por todo el planeta.
Un viaje al pasado revela cómo los dinosaurios moldearon el futuro de las uvas
Los científicos han encontrado evidencia de que las uvas más antiguas del mundo, con 66 millones de años, se ubican en India. Curiosamente, esta fecha coincide con el impacto de un asteroide gigante en la Tierra, evento que desencadenó la extinción masiva de los dinosaurios.
Los investigadores plantean la hipótesis de que la desaparición de los dinosaurios alteró significativamente los ecosistemas, especialmente los bosques. Los grandes reptiles herbívoros, al alimentarse de las plantas, probablemente mantenían los bosques abiertos y despejados.
Sin embargo, tras su extinción, los bosques se volvieron más densos, creando un ambiente ideal para el desarrollo de las uvas. Estas, con su capacidad para trepar y adaptarse a los árboles, encontraron en estos nuevos bosques densos un nicho perfecto para prosperar.
La diversificación de aves y mamíferos en los años posteriores a la extinción de los dinosaurios también pudo haber contribuido a la dispersión de las semillas de las uvas, impulsando aún más su expansión por el planeta.
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