Encélado es una de las lunas más fascinantes del sistema solar. A pesar de su pequeño tamaño, tiene una superficie helada que oculta un océano global de agua salada, donde podrían existir las condiciones para la vida.
Además, desde su polo sur, lanza al espacio enormes columnas de vapor de agua y partículas que alimentan el anillo E de Saturno y revelan la química de su interior.
Este mundo oceánico fue descubierto por William Herschel en 1789, pero no fue hasta el siglo XXI cuando las sondas Voyager y Cassini nos mostraron sus sorprendentes características.
¿Hay vida bajo el hielo de Encélado? Lo que sabemos sobre la luna de Saturno
Entre ellas, destaca la presencia de fosfatos, un elemento clave para la vida, que se detectó por primera vez en 2023 gracias al análisis de los datos de Cassini. Los fosfatos son iones de fosfato que forman parte de moléculas esenciales como el ADN, el ATP o los fosfolípidos.
Los científicos creen que los fosfatos provienen del núcleo rocoso de Encélado, donde se producen reacciones hidrotermales que liberan calor y nutrientes al océano.
Estas reacciones podrían favorecer el surgimiento y el mantenimiento de la vida microscópica, similar a la que se encuentra en los respiraderos hidrotermales de la Tierra.
Pero los fosfatos no son el único ingrediente interesante que se ha encontrado en Encélado. También se han detectado otras sustancias orgánicas e inorgánicas, como metano, dióxido de carbono, amoníaco, sodio, potasio o cloruro sódico.
Estas sustancias indican que el océano de Encélado tiene un pH alcalino y una salinidad moderada, lo que podría hacerlo más habitable.
Los secretos del océano de Encélado: fosfatos, géiseres y cometas
Para estudiar mejor este océano y sus posibles habitantes, los científicos han utilizado el telescopio espacial James Webb, que en 2023 logró captar una impresionante imagen de una columna de vapor de agua que salía del polo sur de esa luna y se extendía por más de 9.650 kilómetros (6.000 millas), una distancia 20 veces mayor que el tamaño de la luna.
Esta columna se forma por los criovolcanes o géiseres que expulsan al espacio parte del agua del océano a través de las grietas o rayas de tigre que hay en la corteza helada.
El telescopio Webb también ha podido medir la velocidad y la composición de esta columna, que expulsa unos 300 litros (79 galones) de agua por segundo.
Los resultados muestran que el agua contiene una gran cantidad de productos químicos orgánicos e inorgánicos similares a los de los cometas, lo que sugiere que podría tener un origen común con estos cuerpos celestes.
Encélado es, sin duda, uno de los lugares más prometedores para buscar vida extraterrestre en nuestro sistema solar. Por eso, la NASA planea enviar una nueva misión llamada Enceladus Life Finder (ELF), que tendrá como objetivo sobrevolar la luna y analizar con más detalle sus columnas de vapor. La misión podría lanzarse en 2031 y llegar a Encélado en 2036.
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