¿Te gustaría leer más libros en menos tiempo? ¿Quieres mejorar tu comprensión lectora y tu memoria? ¿Te interesa aprender técnicas de lectura rápida que te ayuden a aprovechar mejor tu tiempo? Si la respuesta es sí, este artículo es para ti.
Cómo leer más rápido: consejos y ejercicios para mejorar tu velocidad y comprensión lectora
La lectura rápida es una habilidad que se puede desarrollar con entrenamiento y disciplina. No se trata de saltarse palabras o párrafos, sino de aumentar la velocidad con la que procesamos la información visual. Para ello, hay que tener en cuenta algunos aspectos clave:
– La visión periférica: se refiere a la capacidad de ver más allá del punto focal de nuestra mirada. Al hacerlo, podemos ampliar nuestra visión periférica para abarcar más palabras en cada fijación ocular, lo que nos permite leer más rápido.
– La subvocalización: se refiere al hábito de pronunciar mentalmente las palabras que leemos. Esto limita nuestra velocidad de lectura, ya que depende de nuestra capacidad auditiva. Para evitar la subvocalización, podemos usar técnicas como morder un lápiz, contar del 1 al 10 o escuchar música mientras leemos.
– La regresión: se refiere al movimiento involuntario de los ojos hacia atrás, para releer algo que ya hemos leído. Esto reduce nuestra comprensión y nuestra velocidad de lectura, ya que interrumpe el flujo de la lectura. Para evitar la regresión, podemos usar un marcador visual, como un dedo o un lápiz, para seguir el texto y no perder el hilo.
Estos son algunos de los factores que influyen en nuestra velocidad de lectura. Pero ¿cómo podemos mejorarlos? Aquí te doy algunos ejercicios que puedes hacer para practicar la lectura rápida:
– Lee por bloques: en lugar de leer palabra por palabra, intenta en grupos de palabras o frases enteras en cada fijación ocular. Para ello, puedes dividir el texto en columnas más estrechas y leer cada columna con una sola mirada.
– Lee con un temporizador: establece un tiempo límite para leer un texto y trata de cumplirlo. Puedes empezar con un tiempo razonable y luego ir reduciéndolo gradualmente. Esto te ayudará a aumentar tu ritmo y tu concentración.
– Lee con una meta: antes, define qué quieres aprender o qué información buscas. Esto te ayudará a enfocarte en lo esencial y a filtrar lo irrelevante. También puedes hacer preguntas sobre el texto antes o después de leerlo, para evaluar tu comprensión.
Estas son algunas de las técnicas que puedes usar. Pero recuerda que la lectura rápida no es solo cuestión de velocidad, sino también de comprensión y disfrute. No se trata de leer por leer, sino para aprender, para crecer y para divertirse.
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