¿Sabías que tus palabras tienen un impacto directo en tu salud? Según la psiconeuroinmunología, la ciencia que estudia la relación entre la mente, el sistema nervioso y el sistema inmunológico, lo que dices y piensas puede afectar a tu estado físico y emocional.
Habla con tu cuerpo y escucha lo que te dice: una guía para la curación holística
Esto se debe a que tus palabras son una forma de energía que envía señales a tu cuerpo y a tu cerebro. Cuando usas palabras positivas, generas emociones positivas que estimulan la producción de sustancias químicas beneficiosas para tu salud, como las endorfinas, la serotonina y la dopamina. Estas sustancias mejoran tu ánimo, reducen el estrés y fortalecen tu sistema inmunológico.
Por el contrario, cuando usas palabras negativas, generas emociones negativas que liberan sustancias químicas perjudiciales para tu salud, como el cortisol, la adrenalina y la noradrenalina. Estas sustancias aumentan el estrés, alteran el equilibrio hormonal y debilitan tu sistema inmunológico.
Por eso, hablar con tu cuerpo de forma positiva y amorosa es una forma de curarte a ti mismo. Al hacerlo, le envías mensajes de aprecio, aceptación y gratitud que lo armonizan y lo alinean con tu mente. Así, creas una conexión más profunda con tu ser interior y con tu propósito de vida.
¿Cómo puedes hablar con tu cuerpo para curarte? Aquí te damos algunos consejos:
– Presta atención a lo que sientes. Tu cuerpo te habla constantemente a través de sensaciones, síntomas y dolencias. No los ignores ni los rechaces. Escúchalos con atención y trata de entender qué te quieren decir. Tal vez necesites cambiar algún hábito, resolver algún conflicto o expresar alguna emoción.
– Usa afirmaciones positivas. Las afirmaciones son frases cortas y poderosas que usas para reprogramar tu mente subconsciente y crear una nueva realidad. Elige afirmaciones que reflejen lo que quieres lograr en tu salud y repítelas todos los días con fe, confianza y convicción. Por ejemplo: “Mi cuerpo es fuerte y saludable”, “Me amo y me acepto tal como soy”, “Estoy en paz y armonía conmigo mismo y con el universo”.
– Practica la meditación. La meditación es una técnica milenaria que te ayuda a relajar tu mente y a conectar con tu esencia. Al meditar, entras en un estado de conciencia ampliada que te permite acceder a tu sabiduría interior y a tu poder de sanación. Puedes meditar de diferentes formas: respirando conscientemente, visualizando imágenes positivas, repitiendo mantras o siguiendo alguna guía.
– Agradece a tu cuerpo. Tu cuerpo es un regalo maravilloso que te permite experimentar la vida en este plano físico. Reconoce todo lo que hace por ti cada día y dale las gracias por su servicio incondicional. Puedes hacerlo verbalmente, escribiendo una carta o haciendo algún gesto de cariño, como un abrazo o un masaje.
– Sé amable con tu cuerpo. Trata a tu cuerpo como tratarías a un amigo querido. No lo critiques ni lo juzgues. No lo sometas a dietas extremas ni a excesos. No lo expongas a sustancias tóxicas ni a ambientes nocivos. Aliméntalo bien, hidrátalo adecuadamente, ejercítalo regularmente y descánsalo suficientemente.
Hablar con tu cuerpo es una forma de curarte a ti mismo que no requiere de ningún medicamento ni de ningún profesional. Solo necesitas de tu voluntad, tu intención y tu amor propio. Recuerda que tu cuerpo es tu templo y que merece todo tu respeto y tu cuidado. Cuanto más lo ames, más te amará. Cuanto más le hables, más te escuchará. Cuanto más lo cuides, más te sanará.
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