La meditación es una práctica milenaria que consiste en enfocar la atención en el presente, sin juzgar ni reaccionar a los pensamientos o emociones que surgen en la mente. El hacerla a diario puede aportar numerosos beneficios para la salud física y mental, como reducir el estrés, mejorar el ánimo, fortalecer el sistema inmunológico y aumentar la capacidad de concentración y memoria.
En este artículo te explicamos cómo empezar a meditar de forma sencilla y te damos cinco consejos para hacer de la meditación un hábito diario.
Cómo meditar todos los días y por qué deberías hacerlo
1. Elige un momento y un lugar adecuados. Lo ideal es meditar por la mañana, antes de empezar el día, o por la noche, antes de ir a dormir. Busca un lugar tranquilo, donde no te molesten ni te distraigan ruidos o personas. Puedes usar una esterilla, una almohada o una silla para sentarte cómodamente, con la espalda recta y las manos sobre las rodillas o el regazo.
2. Empieza con sesiones cortas. No hace falta meditar durante horas para obtener beneficios. Con unos minutos al día es suficiente para empezar a notar los efectos positivos. Puedes usar una aplicación, un vídeo o un audio que te guíe paso a paso en el proceso de meditación. Empieza con sesiones de 5 o 10 minutos e incrementa el tiempo gradualmente según te sientas más cómodo y experimentado.
3. Respira conscientemente. La respiración es el elemento clave de la meditación, ya que nos ayuda a relajar el cuerpo y la mente y a conectar con el momento presente. Respira profundamente por la nariz, llenando el abdomen y el pecho, y exhala lentamente por la boca, vaciando el aire completamente. Presta atención al ritmo y al sonido de tu respiración, sin forzarla ni modificarla. Cada vez que te distraigas con algún pensamiento o sensación, vuelve a enfocarte en tu respiración.
4. Sé amable contigo mismo. Meditar no es fácil, sobre todo al principio. Es normal que te cueste mantener la atención y que te invadan pensamientos negativos, preocupaciones o recuerdos. No te frustres ni te critiques por ello. La meditación no se trata de eliminar los pensamientos, sino de observarlos sin identificarte con ellos ni darles importancia. Cuando te des cuenta de que te has distraído, simplemente reconoce lo que ha pasado y vuelve a tu respiración con amabilidad y paciencia.
5. Practica todos los días. La meditación es como cualquier otra habilidad: requiere práctica y constancia para mejorar y obtener resultados. No esperes cambios mágicos ni inmediatos. Este es un proceso gradual que se va consolidando con el tiempo. Lo importante es crear un hábito diario que se adapte a tu ritmo de vida y a tus necesidades.
Puedes establecer una hora fija para tu práctica, poner una alarma o un recordatorio en tu móvil o asociar esta a otra actividad que hagas todos los días, como lavarte los dientes o desayunar.
Estos son algunos de los beneficios de la meditación diaria y algunos consejos para empezar a practicarla. Recuerda que no hay una forma correcta o incorrecta de meditar, sino que cada uno debe encontrar su propio estilo y método. Lo importante es disfrutar del proceso y ser consciente de los cambios positivos que puedes traer a tu vida.
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