Cuando se trata de cocinar arroz, hemos escuchado dos razones principales para lavarlo: eliminar el almidón y reducir el contenido de arsénico. Sin embargo, hay otro motivo mucho más importante que pocos conocen: los microplásticos presentes en el arroz.
¿Deberías lavar el arroz? Los microplásticos son el motivo más importante
Es cierto que lavar el arroz puede ser útil en ciertos platos para eliminar el almidón y lograr la textura deseada. También es cierto que las plantas de este cereal pueden absorber arsénico del suelo, lo cual plantea preocupaciones sobre su consumo. Sin embargo, según un análisis realizado por la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) en España, las dosis de arsénico presentes en este cereal no superan los límites considerados peligrosos para el consumo humano.
Entonces, ¿por qué deberías lavar? Según la Directora del Programa de Nutrición y Ciencias de la Alimentación de Australia, Evangeline Mantzioris, la verdadera razón podría ser la presencia de microplásticos en la superficie del cereal. Estos diminutos fragmentos de plástico son conocidos por su impacto negativo en los ecosistemas acuáticos y también pueden afectar a los seres humanos. Estudios han encontrado microplásticos en el sistema digestivo, los pulmones, la sangre e incluso la leche materna de algunas personas.
Los microplásticos pueden llegar a través de diversas fuentes, como la contaminación marina, el riego de cultivos y los propios envases. Por esta razón, se recomienda lavar el arroz, ya que se puede eliminar hasta un 20% de los microplásticos presentes en este cereal crudo y hasta un 40% en el arroz precocido.
Si bien en países desarrollados el riesgo por arsénico es bajo, los microplásticos representan una preocupación más relevante. Lavando el arroz, puedes reducir significativamente la presencia de estos contaminantes en tu dieta.
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