¿Te cuesta empezar y terminar las tareas que tienes pendientes? ¿Sientes que siempre estás atrasado o que no aprovechas bien el tiempo? Si la respuesta es sí, entonces este artículo es para ti. Aquí te presentamos una guía para dejar de procrastinar, o sea, para dejar de aplazar lo que tienes que hacer y empezar a actuar.
La procrastinación es un hábito muy común y perjudicial que afecta a muchas personas. Consiste en postergar las tareas importantes o difíciles y sustituirlas por otras más fáciles o placenteras, como ver la televisión, navegar por internet o jugar videojuegos. Esto genera estrés, ansiedad, culpa y baja autoestima, además de afectar el rendimiento académico, laboral o personal.
Para dejar de procrastinar, lo primero que hay que hacer es reconocer el problema y tener la voluntad de cambiar. Luego, se pueden seguir estos pasos:
No más excusas: sigue estos pasos para dejar de procrastinar y mejorar tu productividad
– Establece tus objetivos y prioridades. Define qué quieres lograr y cuáles son las tareas más importantes y urgentes que debes realizar. Escríbelas en una lista y ordénalas según su relevancia.
– Divide las tareas grandes en tareas más pequeñas. A veces procrastinamos porque nos sentimos abrumados por la magnitud o la complejidad de lo que tenemos que hacer. Para evitarlo, puedes dividir las tareas grandes en sub-tareas más manejables y concretas, y asignarles un tiempo estimado de realización.
– Encuentra un sistema que funcione para ti. Hay diferentes métodos y técnicas para organizarse y gestionar el tiempo, como la regla de los dos minutos, la técnica Pomodoro o el método GTD. Prueba el que más se adapte a tu estilo de trabajo y a tus necesidades.
– Elimina las distracciones. Identifica qué cosas te distraen o te hacen perder el tiempo, como el teléfono, las redes sociales, el correo electrónico o el ruido. Apaga o silencia los dispositivos electrónicos, cierra las pestañas innecesarias del navegador, busca un lugar tranquilo y cómodo para trabajar y avisa a las personas que no quieres ser interrumpido.
– Motívate y recompénsate. Busca las razones por las que quieres hacer las tareas y los beneficios que obtendrás al terminarlas. Piensa en lo bien que te sentirás cuando las hayas completado. También puedes premiarte cuando dejes de procrastinar con algo que te guste o te relaje después de haber cumplido con tus obligaciones, como ver una película, comer algo rico o salir con amigos.
– Sé flexible y comprensivo contigo mismo. No te exijas demasiado ni te castigues si no cumples con todo lo que te habías propuesto y no dejas de procrastinar. A veces surgen imprevistos o dificultades que nos impiden avanzar como quisiéramos. Lo importante es que no te rindas ni te desanimes, sino que sigas intentándolo y aprendas de tus errores.
Dejar de procrastinar no es fácil, pero tampoco imposible. Solo requiere de compromiso, disciplina y constancia. Si sigues estos consejos, verás cómo mejoras tu productividad, tu calidad de vida y tu satisfacción personal.
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