El arroz blanco es uno de los alimentos más versátiles y nutritivos que existen. Se puede combinar con todo tipo de ingredientes, desde carnes y pescados hasta verduras y legumbres, y se puede cocinar de muchas formas diferentes, desde el clásico hervido hasta el salteado o el al horno.
Sin embargo, a pesar de su aparente sencillez, preparar un arroz blanco perfecto no es tan fácil como parece. Muchas veces nos encontramos con que el arroz queda pasado, pegado, duro o soso. ¿Cómo evitar estos problemas y conseguir un arroz blanco suelto, sabroso y en su punto? En este artículo te vamos a dar algunos consejos que te ayudarán a lograrlo.
Los secretos para preparar un arroz blanco suelto y sabroso
Lo primero que hay que tener en cuenta es la elección del tipo de arroz. Existen muchas variedades de arroz, pero no todas son adecuadas para hacer un arroz blanco básico. Lo ideal es usar un arroz de grano largo, como el basmati o el jazmín, que tienen un alto contenido en almidón y se separan bien al cocerse.
También se puede usar un arroz de grano redondo, como el bomba o el arborio, pero hay que tener más cuidado con el tiempo de cocción para que no se pase. En cualquier caso, se recomienda lavar el arroz antes de cocinarlo para eliminar el exceso de almidón y evitar que se pegue.
Otro aspecto importante es la proporción de agua y arroz. La regla general es usar dos partes de agua por una de arroz, pero esto puede variar según el tipo de arroz, el tamaño de la olla y la intensidad del fuego. Lo mejor es ir probando hasta encontrar la medida exacta que nos funcione. También se puede sustituir parte del agua por caldo de pollo o de verduras para darle más sabor al arroz.
El siguiente paso es poner el agua a hervir en una olla con una pizca de sal y un chorrito de aceite. Cuando el agua rompa a hervir, se añade el arroz y se baja el fuego al mínimo. Se tapa la olla y se deja cocer el arroz sin removerlo durante unos 15 o 20 minutos, dependiendo del tipo de arroz y del punto que nos guste. Es importante no destapar la olla durante la cocción para que no se escape el vapor y el arroz quede bien cocido.
Una vez transcurrido el tiempo de cocción, se apaga el fuego y se deja reposar el arroz tapado durante unos 5 minutos más. Esto hará que el arroz absorba el resto del líquido y quede más suelto. Luego se destapa la olla y se remueve el arroz con un tenedor para separar los granos y airearlo. Ya tenemos listo nuestro arroz blanco perfecto para servir como acompañamiento o como base para otros platos.
Lea también: El arroz chino no es solo para llevar: te enseñamos cómo hacerlo en tu propia cocina
¡Síguenos en Google News, Facebook y Twitter para mantenerte informado con las mejores noticias!