Los frenos son uno de los elementos más importantes de tu bicicleta, ya que te permiten controlar la velocidad y detenerla cuando lo necesites. Por eso, es fundamental que mantengas en buen estado las pastillas de freno, que son las piezas que entran en contacto con el disco o la llanta y generan la fricción necesaria para frenar.
Las pastillas de freno se desgastan con el uso y el tiempo, y si no las cambias cuando corresponde, puedes poner en riesgo tu seguridad y la de los demás. Además, unas pastillas de freno gastadas pueden dañar el disco o la llanta, lo que supone un mayor gasto y una menor eficiencia.
¿Cómo saber cuándo cambiar las pastillas de freno de tu bici? Hay algunas señales que te lo indican, como, por ejemplo:
– Notas que el frenado es menos potente o más esponjoso
– Escuchas un ruido metálico o chirriante al frenar
– Ves que las pastillas están muy finas o tienen grietas
– Observas que el disco o la llanta tienen marcas o arañazos
Si detectas alguno de estos síntomas, es hora de cambiar las pastillas de freno de tu bici. No te preocupes, no es una tarea difícil ni requiere herramientas especiales. Solo necesitas unas pinzas, un destornillador, un trapo y unas pastillas nuevas compatibles con tu sistema de frenos.
Aquí te explicamos cómo cambiar las pastillas de freno de tu bici en cinco pasos:
1. Retira la rueda de la bici. Para ello, afloja el cierre rápido o la tuerca que sujeta el eje y saca la rueda con cuidado.
2. Extrae las pastillas viejas. Dependiendo del tipo de freno que tengas, puede haber diferentes formas de hacerlo. Por lo general, tendrás que quitar un pasador o un tornillo que fija las pastillas al soporte del freno, y luego tirar de ellas con unas pinzas o un destornillador. Ten en cuenta que las pastillas pueden estar muy calientes si acabas de usar la bici, así que espera a que se enfríen antes de manipularlas.
3. Limpia el disco o la llanta. Antes de colocar las pastillas nuevas, es conveniente limpiar el disco o la llanta con un trapo humedecido en alcohol o un producto específico para eliminar la suciedad y los restos de las pastillas viejas. Así evitarás ruidos molestos y mejorarás el rendimiento del frenado.
4. Coloca las pastillas nuevas. Introduce las pastillas nuevas en el soporte del freno, asegurándote de que quedan bien alineadas con el disco o la llanta. Luego, fija las pastillas con el pasador o el tornillo que habías quitado antes.
5. Vuelve a poner la rueda en la bici. Coloca la rueda en su posición, ajusta el cierre rápido o la tuerca y comprueba que gira libremente sin rozar con las pastillas. Si notas alguna fricción, puedes regular la distancia entre las pastillas y el disco o la llanta con los tornillos que hay en el soporte del freno.
Ya has cambiado las pastillas de freno de tu bici. Ahora solo te queda probarlas y disfrutar de tu paseo con seguridad y confianza.
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