La Navidad se acerca y muchos de nosotros estamos pensando en comprar o decorar un árbol para celebrar esta fecha tan especial. Pero, ¿sabes cómo elegir el mejor árbol de Navidad? ¿Qué factores hay que tener en cuenta para que dure más tiempo, sea más ecológico y más bonito? En este artículo te contamos algunos consejos basados en la ciencia para que aciertes con tu elección.
Lo primero que hay que decidir es si quieres un árbol natural o artificial. Los árboles naturales tienen la ventaja de que desprenden un aroma agradable, absorben el dióxido de carbono y producen oxígeno, y pueden ser reciclados o compostados después de su uso. Sin embargo, también tienen algunos inconvenientes, como que pueden provocar alergias, requieren riego y cuidados, y pueden soltar agujas y resina.
Los árboles artificiales, por su parte, tienen la ventaja de que son más económicos a largo plazo, ya que se pueden reutilizar durante varios años, no necesitan mantenimiento y se pueden guardar fácilmente. Además, hay una gran variedad de modelos, tamaños y colores para elegir. Sin embargo, también tienen algunos inconvenientes, como que están hechos de materiales no biodegradables, pueden contener sustancias tóxicas y generan más residuos.
La ciencia te dice cómo comprar o decorar tu árbol de Navidad
Según un estudio realizado por la Universidad de Quebec, los árboles artificiales tienen un mayor impacto ambiental que los naturales, ya que consumen más energía y recursos en su fabricación y transporte, y emiten más gases de efecto invernadero. Para compensar este impacto, habría que usar el mismo árbol artificial durante al menos 20 años.
Si optas por un árbol natural, hay algunos aspectos que debes tener en cuenta para elegir el mejor. Según un estudio realizado por la Universidad Estatal de Carolina del Norte, las especies más populares son el abeto (fir), el pino (pine) y el abeto Douglas (Douglas fir), ya que son las que mejor conservan sus agujas y su color. Otras especies, como el ciprés (cypress) o el cedro (cedar), son menos recomendables, ya que se secan más rápido y pierden su forma.
Además de la especie, también debes fijarte en el aspecto del árbol. Lo ideal es que tenga un color verde intenso, sin zonas amarillentas o marrones, y que sus ramas estén flexibles y no se rompan al doblarlas. También debes comprobar que no tenga plagas ni enfermedades, como insectos, hongos o manchas. Para ello, puedes sacudir el árbol o pasar la mano por sus agujas y ver si caen muchas o pocas.
Una vez que hayas elegido tu árbol natural, debes cuidarlo adecuadamente para que dure más tiempo. Lo primero que debes hacer es cortar unos centímetros del tronco para facilitar la absorción de agua. Luego debes colocarlo en un soporte con agua y mantenerlo alejado de fuentes de calor, como radiadores o chimeneas. También debes regarlo diariamente y evitar usar luces muy calientes o velas para iluminarlo.
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