La empresa de oficinas compartidas WeWork se declaró en quiebra el lunes en Estados Unidos, bajo el amparo del Capítulo 11, que le permite reestructurar su deuda y seguir operando mientras busca una salida a su crisis financiera.
WeWork, que llegó a estar valorada en 47 mil millones de dólares en 2019, sufrió una espectacular caída tras el fracaso de su salida a bolsa, que reveló las pérdidas millonarias, la mala gestión y las extravagancias de su fundador y ex director ejecutivo, Adam Neumann, quien fue despedido y demandado por la empresa.
La situación se agravó con la pandemia de covid-19, que redujo drásticamente la demanda de espacios de trabajo flexibles y colaborativos, el principal producto de WeWork. La empresa, que opera en más de 100 ciudades de 38 países, tuvo que cerrar muchas de sus oficinas y renegociar sus arrendamientos con los propietarios, lo que le generó más costos y problemas legales.
WeWork se acoge a la ley de quiebras para reestructurar su deuda y seguir operando
La compañía, que tiene una deuda de más de 10 mil millones de dólares, dijo que la declaración de quiebra le permitirá “racionalizar aún más su cartera de arrendamiento de oficinas comerciales” y “fortalecer su estructura de capital”. La empresa también anunció que ha llegado a un acuerdo con el 92% de sus acreedores para modificar los términos de sus préstamos y obtener financiación adicional.
La quiebra de WeWork solo afecta a su negocio en Estados Unidos y Canadá, mientras que sus operaciones en el resto del mundo continuarán con normalidad. La empresa aseguró que sus espacios de coworking permanecen abiertos y operativos, y que seguirá brindando servicios a sus más de 400 mil miembros.
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