El Banco Mundial advirtió que la meta de erradicar la pobreza para 2030, propuesta en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, está fuera de alcance. Según el informe Pathways out of the polycrisis, factores como el bajo crecimiento económico, la elevada deuda, los conflictos geopolíticos y el cambio climático han retrasado los avances, y ahora se proyecta que podrían pasar hasta tres décadas adicionales para lograr este objetivo.
El documento revela que, actualmente, el 44% de la población mundial vive con menos de 6.85 dólares al día, y el 8.5%, equivalente a 700 millones de personas, se encuentra en pobreza extrema, sobreviviendo con menos de 2.15 dólares diarios.
Estos números han mantenido niveles casi iguales desde 1999, lo que refleja un estancamiento en los esfuerzos para mejorar las condiciones de vida a nivel global.
Erradicación de la pobreza mundial podría tardar 30 años más, advierte el Banco Mundial
Axel van Trotsenburg, director gerente del Banco Mundial, destacó que, aunque en años recientes se lograron avances significativos, la pandemia de COVID-19 fue un factor determinante en el retroceso de la lucha contra la pobreza. El impacto económico afectó de manera más severa a los países de bajos ingresos, donde las condiciones de vida se deterioraron drásticamente.
Trotsenburg subrayó que, además de la pandemia, el crecimiento económico insuficiente, las deudas externas insostenibles y las tensiones geopolíticas han obstaculizado el progreso. “La combinación de crisis que enfrentan las economías más frágiles pone en riesgo no solo su recuperación, sino la estabilidad y paz en muchas regiones”, alertó.
Cambio climático y pobreza: una relación crítica
El informe destaca el papel del cambio climático en el agravamiento de la pobreza global. Regiones como el África Subsahariana y América Latina han visto un aumento significativo en la frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos, los cuales afectan de manera desproporcionada a las poblaciones más vulnerables.
Otro tema clave del informe es la alta desigualdad en la distribución de ingresos, que afecta a 49 economías del mundo, muchas de ellas localizadas en África y América Latina. Estas disparidades en la riqueza y el acceso a recursos dificultan los esfuerzos para reducir la pobreza y establecen un terreno fértil para la inestabilidad social y política.
“Si no aceleramos la reducción de la desigualdad dentro de los países, será imposible reducir la pobreza de manera significativa”, afirmó van Trotsenburg. “Es imperativo que los gobiernos y organizaciones internacionales trabajen juntos para abordar estas disparidades”.
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