El Papa Francisco emitió un poderoso llamado a la conciencia global durante su visita a Marsella, Francia, al denunciar la tragedia del Mediterráneo, que ha cobrado miles de vidas de migrantes que buscan escapar de conflictos, pobreza y desastres naturales. En un emotivo discurso, el Sumo Pontífice calificó el Mediterráneo como “un enorme cementerio” y pidió un fin al “fanatismo de la indiferencia”.
El Papa recordó a las personas que no sobrevivieron a la peligrosa travesía, señalando que estaban “ahogadas en el miedo”, y resaltó la necesidad de sensibilidad hacia aquellos que arriesgan sus vidas en busca de un futuro mejor.
“La ruta del Mediterráneo se ha convertido en un enorme cementerio”, declaró el Papa Francisco. “No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía de cambio, aprisionados y torturados de manera atroz, ni seguir presenciando los dramas de los naufragios, provocados por contrabandos repugnantes y por el fanatismo de la indiferencia”.
“No podemos resignarnos a ver seres humanos tratados como mercancía”: el Papa Francisco en Marsella
El mensaje del Papa llega en un momento crítico, ya que recientemente más de 8.500 migrantes llegaron a la isla italiana de Lampedusa después de cruzar el peligroso Mediterráneo.
Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), desde 2014, más de 28.000 personas han desaparecido en su intento de llegar a Europa desde África a través de esta ruta mortal.
El llamado del Papa Francisco a la solidaridad y la acción ante la crisis migratoria resonó profundamente en su audiencia, que se reunió en una multitudinaria misa en Marsella.
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