Daniel Sancho, el chef español que confesó haber asesinado y descuartizado a Edwin Arrieta, un conocido cirujano colombiano, durante unas vacaciones en Tailandia, se encuentra recluido en una prisión de máxima seguridad en Bangkok, donde espera ser juzgado por su crimen.
El director de la cárcel ha hablado en exclusiva con ‘El Programa del Verano’ y ha revelado cómo es la vida del ahora preso dentro del centro penitenciario.
Según ha contado el director, Sancho comparte celda con cinco personas más, todas ellas acusadas de delitos graves como homicidio o narcotráfico.
El director de la cárcel de Tailandia revela cómo es el día a día de Daniel Sancho, el asesino confeso del cirujano Edwin Arrieta, en prisión
El chef tiene que dormir en el suelo, sobre una esterilla, y no dispone de ningún tipo de comodidad ni privacidad. Además, le han cortado el pelo, como medida de higiene y seguridad.
El director ha asegurado que Daniel Sancho está sometido a un estricto régimen disciplinario y que no tiene contacto con otros presos ni con el exterior. Solo recibirá la visita de su abogado y de algún funcionario consular español.
Tampoco tiene acceso a ningún tipo de ocio ni distracción. El director ha afirmado que Daniel Sancho se muestra tranquilo y colaborador con las autoridades, pero que no ha expresado ningún tipo de arrepentimiento ni emoción por lo que hizo.
Al contrario, ha reiterado su confesión y ha dado detalles macabros de cómo mató y desmembró a su amigo Edwin Arrieta, al que le unía un vínculo sexoafectivo.
Según el relato del chef, él y Edwin Arrieta se conocieron por internet y decidieron viajar juntos a Tailandia para pasar unos días de vacaciones. Sin embargo, Daniel Sancho se sintió engañado y manipulado por el cirujano, al que acusó de tenerlo como un “rehén”. Por eso, planeó matarlo y deshacerse de su cuerpo.
El hecho ocurrió en la madrugada del 3 de agosto, en una habitación de hotel que ambos compartían. Daniel Sancho golpeó a Edwin Arrieta en la cara hasta dejarlo inconsciente.
Luego lo llevó al baño y le echó agua para intentar reanimarlo, pero al ver que no reaccionaba, decidió cortarlo en pedazos con un cuchillo. Colocó las partes del cuerpo en una bolsa grande de tela y varias bolsas pequeñas de plástico. Todo le llevó unas tres horas.
Después, salió del apartamento con las bolsas y las arrojó a varios contenedores de basura cercanos. Sin embargo, fue captado por las cámaras de seguridad y detenido por la policía al día siguiente. En su declaración, admitió su culpabilidad.
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