El Real Madrid alzó la voz este 25 de abril tras la rueda de prensa de los árbitros designados para la final de la Copa del Rey que disputará ante el FC Barcelona.
En un comunicado publicado en su sitio web, el club calificó como “inadmisibles” las declaraciones de los jueces Ricardo De Burgos Bengoetxea y Pablo González Fuertes, a 24 horas del duelo ante el Barcelona.
Según el comunicado, los comentarios reflejan una “animadversión manifiesta” contra la institución. La directiva merengue exige a la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) actuar de inmediato para defender el prestigio de sus órganos.
El club considera que los árbitros rompieron los principios de imparcialidad, al hablar públicamente de presiones y emitir opiniones previas al encuentro. Por esta razón, se negó a participar en la rueda de prensa oficial y en el entrenamiento televisado.
Horas después del primer comunicado, el Madrid emitió otro mensaje. Allí aclaró que nunca contempló la posibilidad de no presentarse al partido en La Cartuja. “El equipo nunca se ha planteado renunciar a jugar la final de mañana”, aseguró el club en sus canales oficiales.
Los árbitros, por su parte, se defendieron. De Burgos Bengoetxea relató entre lágrimas los insultos que sufre su familia por redes sociales. González Fuertes denunció amenazas, desinformación y ataques coordinados contra el colectivo arbitral.
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