En un giro inesperado de eventos, el Liverpool se ha convertido en el principal beneficiario del empate sin goles entre el Manchester City y el Arsenal. El resultado del enfrentamiento en el Etihad Stadium, que puso fin a una racha de 57 partidos consecutivos con goles del City en casa, ha permitido al Liverpool escalar hasta la cima de la Premier League.
El duelo entre dos de los gigantes de la liga inglesa estuvo marcado por una cautela extrema, con el Arsenal adoptando un enfoque conservador que logró neutralizar las fortalezas ofensivas del City. Mikel Arteta, enfrentándose a un estratega de la talla de Pep Guardiola, optó por una estrategia de no perder que finalmente dio sus frutos, dejando al City con un sabor agridulce y complicando su defensa del título.
El partido, que prometía ser un espectáculo de fútbol de alta calidad, se vio dominado por el respeto mutuo y una batalla táctica que eclipsó la brillantez habitual de ambos equipos. Las defensas se impusieron sobre los ataques, con pocas oportunidades claras de gol. Erling Haaland, conocido por su voracidad goleadora, se vio frustrado por la sólida defensa del Arsenal, liderada por Saliba y Gabriel.
El City, sintiendo la presión de no cometer errores que pudieran ser aprovechados por la velocidad del Arsenal, se encontró con un rival bien organizado que cerró espacios y forzó el juego por las bandas. A pesar de la posesión dominante del City, no lograron crear situaciones de peligro significativas, y el Arsenal tuvo momentos en los que estuvo cerca de inclinar la balanza a su favor.
El empate deja al Manchester City a tres puntos del Liverpool y a uno del Arsenal, intensificando la carrera por el título de la Premier League. El Liverpool, sin jugar, ha salido como el gran ganador de la jornada, aprovechando el tropiezo de sus rivales para posicionarse en lo más alto de la tabla.
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