El pasado 15 de abril, la policía de Kenia recibió una llamada anónima que alertaba sobre la existencia de una fosa común en el bosque de Shakahola, al este del país.
Allí, se habrían enterrado los cuerpos de varios fieles de la Iglesia Internacional de la Buena Nueva, una secta dirigida por el pastor Makenzie Nthenge, quien les habría lavado el cerebro para que ayunaran hasta morir con el fin de “conocer a Jesús”.
Al llegar al lugar, los agentes encontraron los restos de cuatro personas que habían fallecido por inanición. Además, rescataron a otras once que estaban al borde de la muerte y las trasladaron al hospital.
Entre los supervivientes había siete hombres y cuatro mujeres de entre 17 y 49 años.
Descubren una fosa común en Kenia con 21 víctimas de una secta que les prometía el cielo
Sin embargo, el horror no terminó ahí. Desde el viernes, las autoridades han exhumado otros 17 cuerpos más en el mismo bosque, elevando el número total de víctimas a 21.
Según una fuente policial que pidió el anonimato, las búsquedas continúan y se espera encontrar aún más cadáveres bajo tierra. Al menos tres niños figuran entre los fallecidos.
El pastor jefe de la secta se entregó a la policía de Kenia el mismo día que se descubrió la terrible fosa común, antes de ser detenido.
Según otra fuente policial, Nthenge inició una huelga de hambre y que “reza y ayuna” mientras está arrestado. Seis seguidores suyos también fueron detenidos por su presunta implicación en el caso.
La Iglesia Internacional de la Buena Nueva es una de las muchas sectas que proliferan en Kenia y que se aprovechan de la pobreza y la ignorancia de sus adeptos para manipularlos y explotarlos.
Según medios locales, Nthenge les prometía a todos sus fieles que serían unos héroes y que irían al cielo si se sacrificaban por Jesús.
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