En una operación conjunta entre el Ejército y la Policía Nacional, fue capturado alias Jhon Naranjo, un peligroso cabecilla de las disidencias de las Farc, responsable de extorsiones y secuestros en el Meta. Sin embargo, lo más sorprendente de este caso fue el hallazgo de un peculiar amuleto: un muñeco de duende al que el criminal atribuía poderes sobrenaturales.
Naranjo, quien recibía millonarias sumas por sus actividades ilícitas, había desarrollado una extraña devoción por este muñeco. Según testimonios de sus propios hombres, el cabecilla llevaba consigo al duende en todo momento, conversaba con él y hasta le ofrecía puros. Creía que esta figura le brindaba protección en sus operaciones y lo ayudaba a evadir a las autoridades.
La creencia en prácticas de santería y brujería es común entre los delincuentes y, especialmente los narcos, quienes buscan una ventaja sobre sus enemigos a través de rituales y amuletos. En el caso de Jhon Naranjo, el muñeco de duende se convirtió en un símbolo de su fe en lo oculto y en un objeto de culto dentro de su organización criminal.
Jhon Naranjo: el narco que creía en la magia negra y tenía un duende
A pesar de esta peculiar creencia, la suerte de Naranjo se acabó cuando las fuerzas militares lo capturaron en una operación en Mapiripán. El duende, su talismán, no pudo evitar que fuera herido y puesto a disposición de las autoridades.
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