El exjefe paramilitar Salvatore Mancuso Gómez, quien comandó los bloques Norte y Catatumbo de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), obtuvo la libertad condicional por parte de una jueza de ejecución de penas de Justicia y Paz del Tribunal Superior de Bogotá.
La decisión se basó en que Mancuso cumplió con dos de los requisitos para acceder a este beneficio: haber estado privado de la libertad por más de cinco años y haber confesado sus crímenes.
Sin embargo, la libertad de Mancuso no será efectiva de manera inmediata, pues aún tiene pendientes 47 procesos en su contra en esta jurisdicción, por los cuales tiene tres condenas parciales y 33 órdenes de captura. Además, tiene otra solicitud de libertad que está sustentada en la designación que hizo el gobierno de Gustavo Petro de Mancuso como gestor de paz, la cual fue demandada ante el Consejo de Estado y está en espera de resolución.
Salvatore Mancuso obtiene libertad condicional, pero no quedará libre de inmediato
Mancuso regresó al país el pasado 27 de febrero, después de cumplir su condena en Estados Unidos por narcotráfico. Desde entonces, permanece recluido en una cárcel de máxima seguridad en Bogotá, a la espera de que se definan su situación jurídica y su participación en el proceso de paz.
La jueza Luz Marina Zamora le impuso al ex paramilitar una serie de condiciones para concederle la libertad condicional, entre las que se encuentran: presentarse cada tres meses ante Justicia y Paz en Medellín, ciudad en la que va a vivir; no desplazarse a los departamentos y municipios donde tuvo injerencia como jefe paramilitar, sin autorización previa; no salir del país; no hacer apología al delito ni a las autodefensas; y participar activamente en el proceso de reincorporación a la vida civil. Asimismo, la Unidad Nacional de Protección deberá hacer un estudio de seguridad a Mancuso.
Mancuso fue uno de los fundadores y líderes de las AUC, una organización paramilitar que cometió graves violaciones a los derechos humanos en Colombia, como masacres, desapariciones, desplazamientos y reclutamiento de menores. Mancuso ha reconocido su responsabilidad en más de 300 asesinatos y en la muerte de más de 5.000 civiles. También ha confesado sus nexos con el narcotráfico y la infiltración de las autodefensas en el poder público.
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