El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha reavivado el debate sobre la reforma a la salud al anunciar sesiones extraordinarias en el Congreso para discutir esta polémica propuesta. Este anuncio, realizado el 14 de enero a través de su cuenta en X, ha generado reacciones diversas en diferentes sectores del país. En este artículo, exploraremos los detalles de la reforma, las críticas hacia las EPS y las implicaciones que podría tener para el sistema de salud colombiano.
La reforma a la salud presentada por el gobierno de Gustavo Petro busca transformar las Empresas Prestadoras de Salud (EPS) en gestoras de salud y vida. La propuesta incluye un giro directo de recursos desde la Administradora de Recursos del Sistema General de Seguridad Social en Salud (Adres) a clínicas y hospitales, buscando mejorar la eficiencia en el uso de los recursos públicos.
El objetivo principal de esta reforma es establecer un modelo de salud preventivo, predictivo y resolutivo, centrado en la Atención Primaria en Salud (APS). Este enfoque pretende no solo atender enfermedades, sino también promover la salud y prevenir enfermedades a través de un sistema más integral.
En su anuncio, Petro no escatimó en críticas hacia las EPS, acusándolas de mal manejo de los recursos destinados a la salud. “Lo que están haciendo muchas EPS con los dineros públicos de la salud es un robo continuado”, afirmó el presidente. Esta declaración refleja la frustración acumulada en la población sobre la gestión de estas entidades, que han sido objeto de múltiples controversias en los últimos años.
Además, Petro señaló que las EPS han acumulado deudas con proveedores, clínicas y hospitales, lo que ha llevado a una crisis en el sistema de salud. “Son un barril sin fondo del presupuesto nacional”, reiteró, enfatizando que los recursos no son insuficientes, sino que son mal administrados.
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