El Instituto Nacional de Vías (Invías) está en el ojo del huracán tras la revelación de una ostentosa fiesta de fin de año con un costo de 360 millones de pesos. La celebración, que incluyó artistas, show de pólvora y una elaborada logística, ha generado indignación en la opinión pública, especialmente porque coincide con reportes de deudas millonarias a contratistas.
Una fiesta en medio de deudas
El evento se realizó el pasado 15 de noviembre y fue organizado por la Corporación Artística, una reconocida productora de eventos. Según la emisora La W, mientras Invías destinaba una importante suma para esta fiesta, su director revelaba días antes que la entidad enfrenta deudas con contratistas por un valor aproximado de 475 mil millones de pesos. Esta contradicción ha desatado críticas desde diversos sectores políticos, que acusan al Gobierno de despilfarro en medio de una aguda crisis fiscal.
Entre los detalles de la fiesta destacan las presentaciones artísticas, equipos audiovisuales y un espectáculo de fuegos artificiales. Todo esto formó parte del denominado Plan de Bienestar y Estímulos, amparado por el decreto de ley 1567 de 1998, según la respuesta oficial de la entidad.
Respuesta de Invías ante las críticas
En un comunicado, Invías defendió la celebración, asegurando que forma parte de una estrategia para fortalecer el clima laboral y presentar los resultados institucionales del año. La entidad explicó que el evento se organizó de manera responsable, cumpliendo con las normativas vigentes, e incluyó medidas de prevención, como la presencia de personal médico y una animación cultural.
Sin embargo, frente a las críticas sobre las deudas con contratistas, Invías aclaró que los honorarios de los trabajadores por prestación de servicios han sido pagados puntualmente durante todo el año. También argumentaron que, debido al cierre presupuestal de diciembre, es habitual que algunos pagos se realicen al iniciar el siguiente año. Esta práctica, según la entidad, es común en muchas instituciones públicas.
El impacto político del escándalo
El escándalo ha reavivado cuestionamientos al Gobierno nacional por su supuesta falta de ejecución y manejo ineficiente de los recursos. Para muchos, la realización de una fiesta tan costosa, en contraste con las deudas reportadas, es un claro ejemplo de despilfarro administrativo.
Por su parte, líderes de oposición y expertos en políticas públicas han señalado que este tipo de eventos, aunque puedan justificarse legalmente, envían un mensaje negativo a los ciudadanos, especialmente en momentos de dificultades económicas para el país.
¿Qué sigue para Invías?
La polémica ha puesto en jaque a Invías, que deberá demostrar una mayor transparencia en el manejo de sus recursos. Además, el Gobierno enfrentará presión para revisar las políticas relacionadas con eventos y celebraciones institucionales, especialmente en el contexto de la austeridad fiscal anunciada por el presidente Petro.
A nivel interno, esta controversia podría impactar el clima laboral que la entidad buscaba mejorar con la celebración. Los contratistas y proveedores, muchos de los cuales aún esperan pagos, han expresado su descontento con la situación, alimentando aún más la controversia.
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