El Ejército de Liberación Nacional (ELN) ha sido acusado de utilizar un jardín infantil como “escudo humano” durante un enfrentamiento con el Ejército colombiano en el municipio de Fortul, departamento de Arauca. Este hecho, calificado como un “crimen de guerra” por el ministro de Defensa, Pedro Sánchez Suárez, ha generado indignación y condena a nivel nacional e internacional. En este artículo, analizamos los detalles del suceso, las declaraciones de las autoridades y el impacto en la comunidad.
Según denunció el ministro de Defensa, el jueves pasado, durante un combate entre el ELN y el Ejército en Fortul, los guerrilleros utilizaron un jardín infantil como escudo humano. En el lugar se encontraba un grupo de niños, cuyas vidas estuvieron en grave riesgo debido a las ráfagas de fusil disparadas por los insurgentes.
El ministro Sánchez Suárez no dudó en calificar este acto como un “crimen de guerra” y acusó al ELN de ser “un cartel del narcotráfico” que utiliza el terrorismo y el sicariato para imponer su agenda. “No vamos a permitir que le roben la vida y sueños a nuestros hijos”, afirmó el funcionario en un comunicado.
El Ejército colombiano también emitió un comunicado en el que condenó el “demencial actuar criminal” del ELN. Según la institución, los guerrilleros pusieron en peligro la vida de los menores al usarlos como escudos humanos para protegerse de los ataques militares.
Este no es el primer incidente de este tipo en la región. Arauca, un departamento fronterizo con Venezuela, es un bastión del ELN y también alberga a otras organizaciones armadas como el Estado Mayor Central (EMC) y la Segunda Marquetalia, disidencias de las FARC, así como bandas de delincuencia común.
Arauca es una de las regiones más afectadas por el conflicto armado en Colombia. Su ubicación estratégica, en la frontera con Venezuela, la convierte en un corredor clave para el tráfico de armas, drogas y otros recursos ilegales. Además, la presencia de múltiples grupos armados ha generado un ambiente de violencia constante que afecta gravemente a la población civil.
El uso de civiles, especialmente niños, como escudos humanos es una práctica que ha sido condenada reiteradamente por organizaciones de derechos humanos. Este último incidente en Fortul ha reavivado el debate sobre la necesidad de proteger a las comunidades más vulnerables en medio del conflicto.
Impacto en la comunidad y condena internacional
El hecho ocurrido en Fortul ha generado una ola de indignación en Colombia y ha llamado la atención de organizaciones internacionales. La utilización de niños en conflictos armados no solo viola las leyes internacionales, sino que también deja secuelas psicológicas y emocionales en las víctimas y sus familias.
Organizaciones como la ONU y la Cruz Roja han reiterado la importancia de respetar los derechos humanos en medio de los conflictos armados y han pedido a los grupos insurgentes que cesen este tipo de prácticas.
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