La región del Catatumbo, en Norte de Santander, atraviesa una nueva ola de violencia tras los enfrentamientos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y las disidencias de las FARC, lideradas por alias Richard Suárez. El conflicto, que ha dejado varios muertos y desplazamientos forzados, pone en jaque los intentos de paz en el país.
Alias Richard, señalado por el ELN como el principal responsable de la crisis, encabeza el bloque Magdalena Medio Gentil Duarte de las disidencias. Según esa guerrilla, el comandante es un “paramilitar disfrazado de disidente”, y han advertido que la violencia continuará hasta su captura o muerte.
Las organizaciones de derechos humanos y la Defensoría del Pueblo han alertado sobre el impacto de la confrontación en los municipios de Tibú, El Tarra y Convención, entre otros. El conflicto ha dejado decenas de muertos, una cifra que no ha sido corroborada oficialmente, y ha obligado a numerosas familias a abandonar sus hogares en busca de refugio.
Alias Richard, señalado por el ELN como responsable del baño de sangre en el Catatumbo
Mientras el ELN culpa a alias Richard de desatar la violencia, las disidencias lo niegan y señalan a ese grupo armado de atacar a civiles y familiares de sus combatientes. A través de un comunicado, el ELN también declaró como objetivos militares a varias empresas, incluyendo Ecopetrol, acusándolas de negociar con las disidencias.
El presidente Gustavo Petro anunció la suspensión de los diálogos de paz con esa guerrilla, calificando sus acciones en el Catatumbo como crímenes de guerra. “El ELN no tiene ninguna voluntad de paz”, afirmó en un comunicado.
Por su parte, la Defensoría del Pueblo reiteró la grave vulneración de derechos humanos en la región y pidió atención inmediata para proteger a las comunidades afectadas.
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