Cerca de unas 9.000 hectáreas calcinadas en una quincena de municipios de la provincia de Ourense, es el balance de los incendios registrados desde el pasado fin de semana, complicado y marcado por las altas temperaturas y el viento, según datos de la Xunta.
En el municipio orensano de Vilariño de Conso, la Xunta ya ha desactivado la situación de emergencia que había establecido por la proximidad de las llamas a núcleos habitados, indica la Consellería del Medio Rural.
El fuego en ese municipio todavía permanece activo y constituye uno de los de mayor envergadura de este verano, con unas 2.000 hectáreas de terreno calcinado en pleno Macizo central orensano.
En las labores para tratar de controlar las llamas participa un buen número de brigadas y técnicos con apoyo de camiones motobomba y de aeronaves
Los servicios de extinción tratan también de extinguir otro fuego en el municipio de Lobios que ha quemado otras 2.000 hectáreas, todas ellas dentro del parque natural Baixa Limia-Serra do Xurés.
Otros incendios más permanecen todavía activos en Cualedro, donde en la actualidad hay dos focos que suman unas 1.380 hectáreas, Chandrexa de Queixa (500 ha); Rairiz de Veiga-Sabariz (300 ha), Vilardevós-Vilar de Cervo (350 ha), Manzaneda-Cernado (450 hectáreas), Manzaneda-Paradela (400 ha), A Mezquita-Cádavos (400 ha), Laza-Camba (60 ha) y Montederramo-Gabín (30 ha).
A estos, hay que sumar los incendios de Vilar de Barrio, en Rebordechau, con unas 700 hectáreas quemadas, A Gudiña (150 ha) y Muíños-Requiás (9 ha en el parque do Xurés) así como los fuegos de Maceda (220), Ribas de Sil, en Lugo (60 ha), y A Pobra de Trives (50 ha), que se encuentran controlados o estabilizados.
EFE
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